NEUROMA DE MORTON, CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

NEUROMA DE MORTON, CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

Introducción

El neuroma de Morton es una afección que aparece generalmente entre el tercer y cuarto metatarso del pie. Se trata de una compresión del nervio que se localiza en esa zona y produce una sintomatología particular.

Esta patología es uno de los diagnósticos más frecuente que aparece en los dolores relacionados con los dedos de los pies. Produce una compresión del nervio que está entre los dedos hasta los metatarsianos.

Existen diversos factores y causas y puede ser resuelta con diversos tratamientos, tanto quirúrgicos como conservadores. Sobre todos estos factores se hablará en el siguiente artículo.

Anatomía

Para entender la patología resulta importante conocer la anatomía del pie y las estructuras que están en el antepié, debido a que la afección ocurre en los espacios intermetatarsianos del antepié.

Un médico dividiría el pie en tres segmentos llamados retropié, mediopié y antepié. Este está formado por los metatarsianos y las falanges, y juntos conforman las articulaciones de los dedos de los pies llamadas metatarsofángicas e interfalángicas. Del mismo modo, este último segmento del pie proporciona movilidad, resistencia, sensibilidad e irrigación.

En este segmento hay estructuras como las bursas, ligamentos, tendones, músculos y nervios. Cuando una persona camina, el peso corporal se distribuye entre las articulaciones metetarsofalángicas, y de existir algún problema biomecánico o un estrés en la zona, la carga la soportarán los ligamentos, pero no de forma equitativa, irritando los nervios que se localizan cerca, pudiendo provocar el neuroma de Morton.

¿Qué es el neuroma de Morton?

Es una neuropatía en la que se produce una fibrosis perineural que degenera los nervios que están entre los dedos, concretamente los nervios del antepié, a causa de algún tipo de compresión. Esto provoca la aparición de un dolor entre los dedos del pie, y en especial suele producirse en el tercer espacio entre metatarsianos, debido a que es el más estrecho de todos y puede producirse una compresión con mayor facilidad.

¿Cómo se desarrolla?

Los nervios que están entre los dedos en el antepié son parte del nervio plantar y a medida que se van ramificando son más propensos a padecer una compresión. En este caso, los que se encuentran en el tercer espacio son los más expuestos de todos al ser su espacio más estrecho.

No se conoce una causa concreta, sin embargo, se cree que el problema viene de la irritación del ligamento localizado en la zona que, al engrosarse, inflama la bursa y estos fenómenos hacen que el nervio se irrite, provocándole una fibrosis y causando el neuroma de Morton. Existen patologías de base que pueden favorecer la aparición, como puede ser tener el pie plano o el dedo en forma de martillo o garra.

¿Qué causas lo provocan?

Resumiendo, la causa por la que aparece el neuroma de Morton es el estrés o la compresión que se produce en la cabeza de los huesos metatarsianos. Así mismo, como ya se ha dicho, las personas con deformidades en los pies son más propensas a sufrir esta patología debido al aumento de presión que puede sufrir el nervio de la zona, en comparación con las personas que no tienen problemas de base en los pies.

La respuesta a la presión suele ser formar una capa gruesa alrededor del nervio para protegerlo, lo que se conoce como fibrosis. No obstante, esta respuesta reduce el espacio, por lo que el nervio se irritará más y se vaya degenerando al llegarle menos nutrientes, oxígeno y energía. Se reduce el flujo de sangre y el nervio termina por verse muy afectado.

Factores de riesgo

A continuación se explican algunos factores que pueden afectar a los nervios que se sitúan entre los dedos del pie:

  • Calzado de punta fina o muy ajustado.
  • Uso de calzado con tacón alto, ya que mantiene el pie extendido en exceso.
  • Inflamación de la bursa que se sitúa cerca del nervio.
  • Ligamento metatarsiano engrosado.
  • Deportes de impacto, por ejemplo tenis o baloncesto.
  • Deformidades en los pies, por ejemplo, dedo en forma de garra, martillo, pie plano.
  • Múculos de la pierna acortados.
  • Lesiones del pie que modifiquen la biomecánica del antepié. Por ejemplo: esguinces.

Síntomas

El principal síntoma es el dolor entre los dedos de los pies, no obstante, lo primero que ocurre en el neuroma de Morton no es el dolor, sino que este aparece una vez que el nervio se ha fibrosado, por lo que la patología empezó con anterioridad.

La mayoría de los pacientes que sufren esta patología describen el dolor como un calambre fuerte, que quema y se siente dentro del pie.

En circunstancias donde el espacio se vea disminuido, el dolor se puede incrementar, por ejemplo mientras se practica deporte, se camina por mucho tiempo, se utilizan tacones, ya que estas actividades comprimen los nervios que se encuentran en los metatarsianos.

Si se aprieta la zona con las manos, también se incrementa el dolor al provocar la compresión del nervio.

  • Sensación de dolor muy fuerte entre los dedos del pie, sobre todo entre el tercer y cuarto dedo.
  • Molestia que se vuelve difícilmente soportable al caminar y que remite al estar en reposo.
  • Dolor que se produce desde la cabeza de los metatarsianos hasta la punta de los dedos o incluso la planta del pie.
  • Sensación de tener una piedra en la base del antepié.
  • Entumecimiento.
  • Palpación y compresión dolorosa.

Diagnóstico

Lo primero que se debe realizar es un diagnóstico diferencial a fin de descartar otras patologías que pueden ocasionar los mismos síntomas, como son la capsulitis que consiste en una inflamación de los tejidos que envuelven la articulación, que aunque esta afección haga presión sobre el nervio, este estaría sano, es decir no fibrosado. Una bursitis en el tercer y cuarto hueso metatarsiano daría unos síntomas parecidos al neuroma de Morton, al ejercer presión sobre el nervio. U otros diagnósticos diferenciales que también pueden confundirse con la patología, como son fracturas en el metatarso, dedo en martillo, artrosis o un quiste.

Tras el descarte de las otras afecciones, la manera de conseguir un diagnóstico acertado de esta patología es mediante pruebas de imagen que evidencien el problema. El especialista médico o fisioterapeuta tras la realización de una primera entrevista para indagar en las causas reales de la patología. Realizará un examen clínico y físico para localizar los signos de la enfermedad.

  • Examen físico: sí el pie no presenta problemas de base, como ya se ha dicho, el especialista valorará la colocación del pie en reposo y apoyo, para posteriormente palpar la zona que produce dolor. La presión directa evidencia los síntomas. En ocasiones se anestesia localmente la zona, ya que si el dolor desaparece se puede confirmar el diagnóstico.
  • Estudios por imagen: aunque con el examen físico es posible tener evidencias de la patología, se deberá realizar alguna prueba por imagen para cerciorarse. Por ejemplo, se puede realizar una ecografía con la que se pueda ver el engrosamiento del nervio. Por otro lado, puede mostrar cambios morfológicos producidos por la patología y contribuirá a probar un tratamiento de la dolencia.

Tratamiento

Existen dos opciones propuestas por los médicos para el tratamiento de esta enfermedad, en primer lugar una opción conservadora y en segundo lugar una opción quirúrgica. En ambos casos dependerá de la casuística de la patología la decisión de escoger una u otra.

  • Conservador: en la gran mayoría de las veces se intenta comenzar a tratar el problema evitando la opción quirúrgica, ya que en ocasiones existen terapias que permiten eliminar o paliar la dolencia por mucho tiempo. El tratamiento va dirigido a proporcionar analgesia y reducir la inflamación con el objetivo de que el paciente pueda recuperar su calidad de vida. A continuación se detallan algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo.
  • Cambiar las actividades que se realizan habitualmente para que mejore la sintomatología.
  • Fármacos, sobre todo los antiinflamatorios (AINEs), para reducir el dolor y la inflamación.
  • Se recomienda la aplicación de hielo para disminuir la inflamación.
  • Se pueden utilizar plantillas ortopédicas, para dar soporte al pie y reducir la presión a los nervios.
  • Usar calzado adecuado.
  • Infiltraciones de fármacos, antestésicos o corticoides para eliminar el dolor.

Debe tenerse en cuenta que estas medidas no resuelven el problema y que únicamente disminuyen el dolor durante un periodo de tiempo.

  • Tratamiento quirúrgico: si las técnicas conservadoras fallaron, se debe acudir al tratamiento quirúrgico. Este puede realizarse con anestesia general o regional y hacerse de manera ambulatoria u hospitalaria. Si el nervio está comprimido, el cirujano lo descomprimirá dividiendo el ligamento entre los huesos. De esta manera se amplía el espacio y se descomprimen los nervios. Tras esto, la mayoría de los pacientes que lo sufren notan mejoría o manifiestan quedar libres de síntomas. En casos en los que el nervio está muy afectado, el cirujano lo extirpará y dejará el pie en reposo hasta que cicatrice la herida.

Tratamiento con fisioterapia

Se sabe que la fisioterapia puede resultar eficaz en el tratamiento para los dolores ocasionados por esta neuropatía. Una buena tabla de ejercicios terapéuticos dosificados ayuda a aliviar la presión sobre el nervio y mejora las deformidades.

No obstante, incluso aquellas personas que no tengan un problema de base pueden verse beneficiadas desarrollando una marcha que alivie al metatarso.

A continuación se detallan otras técnicas realizadas por el fisioterapeuta en el tratamiento de esta patología.

  • Crioterapia y termoterapia.
  • Manipulación de las articulaciones.
  • Ondas de choque.
  • Tratamiento miofascial de la musculatura de los dedos para evitar el roce con el nervio.
  • Trabajar la flexibilidad y la musculatura contraída.
  • Estiramientos, equilibrio y estabilidad.
  • Reeducación de la marcha.

Se utiliza necesariamente para evitar que se inflame, el dolor y las molestias. Tras una intervención quirúrgica, también se hace necesaria para conseguir un buen resultado.

¿Cómo prevenirlo?

Se debe prestar especial atención a disminuir la carga que soportan los pies y especialmente el antepié. No obstante, se debe utilizar un calzado adecuado, ya que esta es de las causas más frecuentes de la aparición de la patología. El uso de plantillas ortopedias también puede contribuir.

Por último, se deben realizar ejercicios enfocados al entrenamiento de los arcos del pie y fortalecer la musculatura de los pies.

Todas estas acciones son buenas medidas preventivas ante la aparición del neuroma de Morton.

¿Cuándo se cura?

Se trata de una enfermedad que suele tener un buen pronóstico. Por lo general, suele mejorar pronto si se diagnostica y trata a tiempo.

Hay tratamientos como el entreno terapéutico, las plantillas o las infiltraciones de cortisona que pueden ayudar a frenar el avance de la patología.

Tratándose de una enfermedad progresiva debe tratarse con rapidez; no obstante, hasta no eliminar el nervio es imposible prever su curación. Rara vez reaparece un neuroma que se ha extirpado.

Share this post