Realmente, son dos las articulaciones que conforman la rodilla: la articulación femorotibial entre ambos huesos (fémur y tibia) se mantiene unida por una gran y resistente cápsula sinovial y ligamentos, como los cruciformes y, los colaterales por fuera; por otro lado, la articulación femororotuliana por delante, asegura que la otra articulación se mueva alineadamente gracias a la rótula, insertada en un fuerte tendón, el tendón rotuliano.
Los problemas articulares de la rodilla son relativamente frecuentes en deportistas, cualquier sobreuso de la misma podría ocasionar inflamaciones y dolor. También, procesos degenerativos como la artritis reumatoide o la artrosis afectan su normal funcionamiento. Sin embargo, son numerosos los nuevos procedimientos médicos para tratarla.