Electroterapia
La electroterapia ayuda en el tratamiento de lesiones y enfermedades físicas gracias al uso de pequeñas corrientes eléctricas que atraviesan los tejidos y aceleran su recuperación.
Ventajas y beneficios
- Disminución del dolor por la desactivación de las ya conocidas “zonas gatillo” con el paso de corriente eléctrica.
- Favorecimiento de la nutrición de los tejidos gracias al aumento del flujo de sangre hacia las células.
- Transporte de medicamentos que podrían ayudar a los síntomas neuromusculares debido al incremento del flujo de sangre.
- Alivio de la inflamación y el edema que puede incluso, limitar o disminuir los movimientos.
- Sanación de heridas, un incremento de la irrigación sanguínea y de la tasa de multiplicación celular favorecerá la rápida y eficiente tarea de reparar tejidos dañados, posteriores a traumatismos o tratamientos quirúrgicos
- Fortalecimiento de los músculos con la tonificación de sus fibras, disminuyendo así, la posibilidad de lesionarse a futuro.
Definición
Desde la antigüedad, romanos y griegos conocían las propiedades del paso de corriente eléctrica de baja amplitud y baja frecuencia a través de los tejidos del cuerpo para relajar las tensiones del sistema neuro-músculo-esquelético y, para esta tarea usaban piscinas con peces torpedo o anguilas eléctricas en las que recibían flujos eléctricos casi imperceptibles pero que a mediano y largo plazo traían consecuencias positivas. En la actualidad, esta técnica terapéutica ha cambiado un tanto, ahora se utilizan aparatos altamente sensibles y seguros que proveen de corrientes eléctricas reguladas que llegan al cuerpo humano por medio de parches adhesivos que pueden transmitir la electricidad; esta última atraviesa la piel y llega a los músculos y produce los beneficios citados anteriormente. El tipo de corriente eléctrica aplicada dependerá del objetivo que se quiera conseguir (relajar, desinflamar, aliviar el dolor, contraer o distender) y va, desde flujos continuos hasta variables.
¿Para qué la empleamos en Instituto Ordóñez?
La electroestimulación es una terapia física que sirve para tratar un amplio abanico de patologías y enfermedades asociadas al sistema músculo esquelético, desde los dolores agudos y crónicos de músculos, tendones, articulaciones y ligamentos, en procesos inflamatorios que afectan piel y partes blandas, en compresiones nerviosas, problemas con la irrigación sanguínea de estructuras profundas como en músculos, en lesiones traumáticas de los músculos y en parálisis parciales y totales del movimiento. El efecto fortalecedor en articulaciones sirve de efecto protector que podría evitar lesiones articulares a futuro. Este tratamiento puede ser aplicado en simultáneo con otras terapias físicas, por ejemplo, el ultrasonido.
¿Por qué funciona?
La electroestimulación, como su nombre lo indica, es la estimulación nerviosa en receptores musculares mediante el paso de flujos eléctricos de frecuencia variable en pro de disminuir afecciones musculares y óseas causadas por disfunciones neuromusculares. Aplicar una corriente eléctrica en la piel sobre los músculos implica que estos últimos van a recibir esa diferencia de potencial eléctrico y van activar de forma automática, reflejos de contraer el músculo pero al cabo de unas horas, esta estimulación muscular exógena producirá un efecto inhibitorio de la contracción, permitiendo así, que las fibras musculares se relajen y permitan el reingreso de sangre cargada de glucosa y oxígeno (nutrientes base en la función de los músculos) y el drenaje de sustancias de desecho que aumentan la acidez del entorno (como el ácido láctico y el dióxido de carbono) y por consiguiente, el dolor. Este tratamiento está contraindicado en pacientes con marcapasos, en periodo de gestación o lactancia, con diabetes, tratamientos oncológicos o drogas antipsicóticas. Todas estas prácticas serán realizadas solo por personal calificado después de haber evaluado integralmente la salud del paciente.